~ Adicciones *
Una enfermedad primaria, progresiva y mortal: Vamos a
analizar por partes este novedoso concepto.
Drogadicción
La
drogadicción es una enfermedad producida por el consumo compulsivo de cualquier
sustancia que produzca dependencia afectando al sistema nervioso central; lo
cual produce alteraciones en el funcionamiento corporal, el comportamiento, la
percepción sensorial, el juicio y las emociones.
Los
efectos de las drogas dependen del tipo de droga y de la cantidad y frecuencia
con la que se consume. Existen ciertas drogas legales, como el tabaco o el
alcohol, y otras ilegales, como la marihuana, la cocaína, la heroína, etc. Sin
embargo, todas se caracterizan comúnmente porque al ingerirlas (pueden ser
inyectadas, tragadas o fumadas) son transferidas hasta el cerebro por la sangre
provocando así un malfuncionamiento. Algunas pueden provocar excitación,
euforia, alucinaciones, mientras que, otras pueden relajar o distorsionar la
realidad.
El
consumo de drogas no sólo conlleva riesgos en la salud de una persona, sino que
también afecta su personalidad. Actualmente, cada vez son más los jóvenes que
recurren a las drogas como método para "disfrutar más la vida" debido a los
efectos descontrolados que éstas provocan. El problema está en que, si bien
comienza siendo un consumo voluntario, luego de una exposición prolongada de la
función cerebral a la droga, la persona pierde la habilidad de decisión. Así es
como el consumo de la droga se vuelve compulsivo.
Alcoholismo
El alcoholismo es una enfermedad caracterizada por la dependencia física hacia
el alcohol. Un alcohólico no posee control sobre su consumo y su grado de
tolerancia al alcohol suele ir aumentando. Cuando su ingesta es interrumpida (de
12 a 24 sin beber), se manifiestan los síntomas de abstinencia. Estos síntomas
son como una resaca pero de mayor duración e intensidad (dolor de cabeza,
deshidratación, náuseas, debilidad, escalofríos).

En
el tratamiento del alcoholismo es muy importante la motivación del paciente y
del terapeuta para conseguir la abstinencia, y en ella se pueden describir
varias fases. La primera fase es la de contacto inicial, en la que es
fundamental conseguir una buena relación para un favorable desarrollo del
tratamiento. En la segunda se realiza el tratamiento del síndrome de abstinencia
(mal llamada “fase de desintoxicación”). La última fase es la de consolidación y
mantenimiento de la abstinencia o de deshabituación, y es precisamente en esta
fase cuando las técnicas psicoterapéuticas se utilizan de manera
preponderante.
Bulimia y Anorexia
El
éxito de la terapia para los trastornos de la alimentación (Eating
disorders) depende de muchos factores: la propia personalidad del paciente
y el deseo de cambio, la duración de su trastorno, la edad en que comenzó la
enfermedad, su historial familiar, su nivel de habilidades sociales y
vocacionales, la complicación con otros trastornos como la depresión y, sobre
todo, depende del tipo de tratamiento. Es importante comprender que cuando
hablamos de trastornos de alimentación básicamente estamos hablando de la
adicción a comer o no hacerlo. Todotrastorno
alimentario, sea bulimia, anorexia,
la coexistencia de ambas, es básicamente una adicción, una compulsión
irrefrenable a no comer o hacer una ingesta compulsiva, a vomitar, a hacer
purgas, a estar obsesionados con las calorías, el espejo y nuestra imagen
corporal.
El Método de Fundación Manantiales® es un tratamiento de avanzada y superador de algunos modelos que se presentan en nuestro país, ya que son tratamientos personalizados.
El Método de Fundación Manantiales® es un tratamiento de avanzada y superador de algunos modelos que se presentan en nuestro país, ya que son tratamientos personalizados.
Básicamente
son una síntesis de estos aportes, mas los desarrollos de Comunidades
Terapéuticas profesionales, las terapias cognitivas- conductuales, las terapias
grupales, el psicodrama, la terapia familiar sistémica, la PNL, el análisis
transaccional, la terapia gestáltica y los aportes de las neurociencias y
psiquiatría, fusionándolos y mejorándolos, lo que nos permite obtener uno de los
porcentaje de recuperación más alto de Latinoamérica.
Obesidad
La
obesidad es una enfermedad crónica en la cual existe un exceso de grasa en el
organismo de la persona. Se evidencia porque el Índice de Masa Corporal (IMC) en
un adulto es mayor a 30. El IMC se obtiene a partir de la estatura y el peso de
un individuo. Sin embargo, debido a que el IMC no distingue entre el tejido
adiposo y el tejido magro, otra forma de evidenciar si una persona es obesa,
aunque más complicada, es mediante el porcentaje de su grasa corporal (hombre
con más del 25% de grasa corporal, mujer con más de 30%).
Esta
enfermedad es producto de un consumo de calorías superior al necesitado por el
organismo y está determinado por diversos factores:
Genéticos:
Según estudios realizados la información genética influye en un 33% al peso de
una persona. En el caso de tener padres obesos, el riesgo de tener obesidad es
10 veces mayor a lo normal (aquí es importante aclarar que se debe no sólo a la
genética sino también a los hábitos alimentarios que les inculcan).
Socioeconómicos: La
obesidad es doblemente más frecuente entre las personas de nivel socioeconómico
bajo que entre las de nivel más alto. Esto probablemente se debe a las menores
tasas de educación y a la disponibilidad de alimentos más baratos (comida
rápida) que son perjudiciales a la salud.
Psicológicos: son
trastornos emocionales provocados por los prejuicios y la discriminación contra
las personas obesas. Actualmente, la cultura occidental posee como prototipo de
belleza a las personas delgadas. Esto afecta mayormente a las mujeres. La imagen
negativa del cuerpo, entre otros trastornos emocionales, que se ve una persona
provoca inseguridad.
Estilo
de vida: El incremento de vida sedentaria es una de las razones principales para
el incremento de la obesidad en los últimos tiempos. Las personas que no
realizan actividad física precisan menos calorías; pero esto no quiere decir que
coman menos que una persona normal.
Las
consecuencias de la obesidad sobre la salud son resultado de un incremento de la
masa grasa, como artrosis o apnea del sueño, o un incremento en el número de
células grasas como diabetes, cáncer y enfermedades cardiovasculares. Asimismo,
la mortalidad incrementa en la obesidad.
Para
tratar la obesidad, la reducción de peso es uno de los objetivos, pero no es el
primer paso a seguir. Es fundamental primero trabajar en aquellos factores
psicológicos asociados a la enfermedad, como ansiedad, inseguridad, y creencias
erróneas acerca del peso y la comida. En Fundación Manantiales, nos encargamos
de que los pacientes aprendan a aceptarse a ellos mismos y a sus cuerpos. Tratar
primero el síntoma sería contraproducente ya que una dieta brusca funcionaría
sólo a corto plazo y sería imposible mantener un peso equilibrado para no volver
a aumentarlo.
El
objetivo del tratamiento no es estético, sino que se basa en mejorar la calidad
de vida, y en consecuencia, disminuir los riesgos de enfermedades
cardiovasculares y otras mencionadas anteriormente. El paciente debe aprender
nuevos hábitos de alimentación que reemplacen los viejos vicios y se acompaña de
un aumento de actividad física. Lo importante es tener en cuenta que la obesidad
no se trata mediante cirugías, medicamentos o dietas imposibles, sino que es
necesario un cambio en los hábitos alimenticios mediante una dieta
equilibrada.
Juego Compulsivo
El
juego compulsivo o ludopatía es la enfermedad caracterizada por el impulso
incontrolable a jugar, es decir, cualquier tipo de actividad en que la persona
pone algo de valor en riesgo sobre las bases de un resultado desconocido. Al no
provocar síntomas físicos, debido a que genera únicamente una dependencia
psicológica, se conoce a esta enfermedad como “la adicción invisible”. El juego
se vuelve una adicción cuando provoca conflictos familiares, emocionales,
legales o financieros, y la persona continúa apostando igualmente. El jugador
precisa de la sensación de ganar, aunque este no sea el caso la mayor de las
veces.
Este
desorden de salud mental de control de los impulsos se da cuando la persona
piensa constantemente en el juego, aumenta sus apuestas a modo de mantener la
emoción, y cree que para recuperar el dinero perdido la mejor solución es
continuar jugando. Es común que el adicto mienta para esconder que ocupa su
tiempo apostando por vergüenza, y en el extremo cuando ya no posee dinero para
apostar recurre a actos ilegales para conseguirlo. La violencia en el hogar,
dejar los estudios y la pérdida de trabajo son consecuencias casi inmediatas del
juego compulsivo. De esta manera, no sólo arriesga sus pertenencias sino que
también todas sus relaciones interpersonales. Al igual que el alcoholismo, el
jugador se vuelve tolerante a la cantidad en juego. Esto quiere decir que cada
vez siente la necesidad de apostar más cosas para sentirse satisfecho.
El
tratamiento para los jugadores compulsivos empieza por reconocer que tienen una
enfermedad. La negación es una característica de todas las adicciones, y es por
eso que al aceptarlo, los pacientes ya están dando un primer paso hacia la
recuperación.
No hay comentarios:
Publicar un comentario